«Alimentar a un choto me cuesta 130 euros más»
José Luis, Miguel, Pedro, Anxo y Andrés son los rostros de la fuerte sacudida de la inflación sobre los costes de producción de agricultores y ganaderos

La inflación de los costes de producción, por el que se están encareciendo los piensos, los fertilizantes, los fitosanitarios, el gasoil agrícola y, sobre todo, la electricidad están poniendo en cuestión la viabilidad de decenas de explotaciones agrarias y ganaderas. Lo que ya ... está paralizando inversiones y conduciendo a muchos trabajadores del campo a plantearse recortar su producción ante la falta de ayudas para afrontar la actual escalada de precios. José Luis, Miguel, Pedro, Anxo y Andrés son los rostros de esta crisis:

Miguel Marcos, ganadero: «Alimentar un choto me cuesta 130 euros más»
Este ganadero segoviano regenta una explotación familiar de ganado bovino de 700 vacas junto a su hermano, en la población de Pinillos de Polendos, y lo que más dolor de cabeza le trae es el precio del pienso para sus animales: «Alimentar un choto (ternero) me cuesta 130 euros más», confiesa este ganadero, quien comenta que en su cooperativa nadie cree que mejore la situación hasta junio. En este sentido, destaca que «la cebada sigue subiendo sin control» y recuerda que la escalada comenzó a finales del año pasado. «Hace un año el precio medio de la tonelada rondaba los 230 euros y ahora los 315/320 euros», apunta. Todo ello, le ha llevado a replantearse la inversión que su hermano y él tenían ya ultimada: sumar a sus actuales ocho naves otras tres más, para dar cabida a entre 230 o 300 animales más. Sin embargo, tampoco ayudan los precios de materiales como el hormigón o el hierro. «Teníamos pensado hacerlo a principios de 2020, ya lo tenía hablado con el arquitecto y solicitado los permisos, pero llegó la pandemia y, ahora, con los precios pos las nubes», Marcos reconoce que ahora mismo esta ampliación se torna imposible.
Para este ganadero segoviano «la prioridad es mantenernos, porque rentable no es nuestra actividad. Lo mantenemos porque la explotación era de mi padre y mi tío . Las naves ya estaban hechas hace 22 años», admite. En este sentido, se siente afortunado porque tampoco debe incurrir en más gastos de maquinaria y, las principales decisiones, giran alrededor del mantenimiento de lo que tiene. «Si tuviera que construir las naves como joven ganadero, sería imposible», reconoce. En cualquier caso, este año además ha tenido también una desagradable sorpresa a través de las ayudas que recibe por medio de la PAC (Política Agraria Común) cuyo pago recibió el pasado 20 de octubre y que le ha sido recortada en un 20% dentro del proceso de convergencia de este tipo de pagos, ya que poseían unos derechos de cobro que eran un 20% superiores a la media de su región. «Se trata de una subvención importante», concluye.

José Luis Pérez-Roldán: «Los costes de la electricidad se han triplicado»
Para José Luis Pérez-Roldán que los costes de producción se disparen puede llevarle a renunciar definitivamente su proyecto de ampliar la superficie dedicada a regadío en su explotación en unos 20 hectáreas más. En concreto, la finca de este agricultor de La Pueblanueva (Toledo) tiene una superficie total de 300 hectáreas de las que tiene permiso para regar hasta 180 hectáreas aunque la actual inflación de precios le puede forzar a abandonar proyectos futuros. Según comenta el precio del pvc, muy necesario para las nuevas conducciones de agua que piensa instalar, sube cada semana. «De cara al año que viene me lo estoy pensando mucho, porque no sé si va a ser viable o no» , comenta este agricultor que cultiva guisante fresco para consumo y maíz en la parte de regadío. Además de forraje y otros cultivos de secano como trigo y cebada en el resto de la explotación.
El principal quebradero de cabeza para Pérez-Roldán viene del precio de la energía: «Los costes de la electricidad se han triplicado. En 2021 más o menos lo hemos podido soportar, el problema va a ser en 2022» , apunta. En este sentido, añade una obviedad: «Necesito regar a todas horas» y, recuerda, que no tiene suficiente con la actual tarificación que divide el día en horas valle y llano. Entre el guisante y el maíz, este segundo cultivo es el que más problemas le está generando, por una circunstancia añadida: los nuevos peajes eléctricos aprobados por el Gobierno para algunas tarifas. «En mi caso, el maíz no está teniendo la misma rotación que hace dos años: antes sacaba mucha más cosecha, pero por culpa de la electricidad, ahora la cosecha es bastante peor que la del año pasado» , lamenta este agricultor.
No solo la electricidad, también asegura que están subiendo otros insumos como los fertilizantes, que habrían doblado sus precios ; así como los fitosanitarios y los herbicidas. Tampoco escapan de la escalada de precios el gasóil agrícola que, según Pérez- Roldán, ha doblado también el valor que piden por este combustible. A todo lo anterior, añade, se suma una caprichosa climatología.
Anxo Dono, horticultor: «Sube todo menos lo que nos pagan, siempre vendo la lecha el mismo precio»
En los treinta años que Anxo Dono lleva dedicándose al campo nunca había percibido una subida de precios tan «brutal». Copropietario de una explotación láctea y hortícola en el municipio coruñés de Mesía denuncia que los costes de producción de media se le han incrementado un 25% en los últimos meses . «Sube todo menos lo que nos pagan a nosotros por la mercancía que vendemos. Toda la vida que yo recuerde, el litro de leche lleva bailando en los mismos precios entre 28 y 37 céntimos», denuncia.
En Galicia, tierra del minifundio, las explotaciones suelen tener poca superficie de terreno para poder alimentar a las vacas sin tener que comprar pienso. « La soja, que es uno de los ingredientes del mix que les damos pasó de 315 euros a 450 la tonelada », ejemplifica el ganadero. A esto le suma unos 20 céntimos más por litro el gasóleo y la factura eléctrica disparada. Al final de mes no salen las cuentes y el endeudamiento es el único camino. Dono asegura que aunque quiera no puede dejarlo. «Ni aún vendiendo todas las vacas me daría para liquidar cuentas», explica. Pero cree que la solución a sus problemas no sería tan difícil. «Simplemente la industria tendría que pagarnos un poco más por la leche, unos cuatro céntimos por litro», dice. Los contratos para el próximo año han empezado a negociarse, pero las principales marcas de leche gallega no están por la labor de subir los precios. Las primeras tractoradas se iniciaron este jueves en Lugo y Dono asevera que los ánimos de los ganaderos «están calientes».
En el sector hortícola la situación no es tampoco mejor, lamenta Dono que hace años intentó diversificar por los problemas recurrentes con el precio de la leche. «El año pasado pagaba 1.000 euros por el plástico para los invernaderos ahora está a 1.400 y eso si consigues que te lo sirvan», indica. El ganadero explica que muchas explotaciones que pidieron ayudas para construir nuevas cuadras tienen que afrontar sobrecostes por el encarecimiento de materias primas : «El año pasado al pedir la subvención te dieron un presupuesto de 100.000 euros, ahora para construirla te cuesta 140.000»,

Pedro Matarranz, agricultor: «¿Quién me garantiza a mi los precios del cereal?»
Este agricultor y ganadero de la localidad segoviana de Cantimpalos tiene a su cuidado a 800 cerdos de cebo y cultiva trigo, cebada y girasol. La actual inflación de costes le impacta de dos formas, principalmente: en el precio de los piensos para sus animales -«tenemos todas las semanas una subida de 15 a 20 euros »-, aunque matiza que su efecto real se notará a más largo plazo a lo que se añade que «el precio por animal está bajando» y en los fertilizantes que tendrá que utilizar en la próxima primavera. «Ya se está anunciando de cara al futuro que, por ejemplo, un fertilizante nitrogenado por el que pagaba 215 euros/tonelada puede alcanzar los 460 euros a partir de febrero y marzo», comenta Matarranz quien lamenta que algunas fábricas de fertilizantes hayan cerrado o no sepan si van a sacar producto.
«¿Quién me garantiza a mi los precios del cereal, para poder soportar el aumento de los fertilizantes?», se pregunta este productor segoviano. En este sentido, no duda en hablar de «enorme incertidumbre» y de ahorro reutilizando el estiércol de sus cerdos para el campo.

Andrés Góngora, agricultor: «Estos dos últimos meses, el acero ha multiplicado su precio por dos»
La actual escalada de precios afecta a este horticultor almeriense, responsable de frutas y hortalizas de COAG, en dos planos: los costes de producción propios del tomate cherry y todo lo derivado del mantenimiento de los invernaderos. Sobre esto último, estima que el coste de construcción de los invernaderos se ha disparado en un 80% , e incluso, el 100% desde marzo de este año. «Estos dos últimos meses, de agosto en adelante, el acero ha multiplicado su precio por dos, por ejemplo», comenta Góngora quien vio como la factura de la renovación de las ventanas de uno de sus invernaderos pasaba de 2.800 euros a 4.500 euros. «O te aguantas o no lo haces», concluye.
Sobre los costes de producción, Góngora fija su atención en el aumento del precio de los fertilizantes , que estima en un 150% de media en los dos últimos meses. «Por ejemplo, el nitrato potásico a finales de la campaña de primavera estaba a 30 céntimos por kg, la semana pasada a 1,25euros/kg», especifica. A lo que se añaden los plásticos, que habrían subido dependiendo de la tipología entre un 60% y 100%».
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